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“Lo que me motiva a trabajar aquí es mejorar el servicio para los pacientes, tanto en humanidad como en eficiencia. La persona que más me ha marcado en la vida y quiero que lo siga haciendo es Jesús. Encuentro en su vida un modelo a seguir, que me inspira a ser mejor persona y también mejor profesional. Por Él estoy trabajando en el hospital y, en Él, encuentro la paz y el equilibrio que me impulsa a trabajar con energía, ilusión y con propósito. Si pudiera pedir un deseo, quisiera diseñar y construir una casa en la montaña con grandes ventanales para ver los colores del cielo en la salida y la puesta del sol”

“Aunque mi trabajo es frío por naturaleza, me motiva poder formar parte de un complejo engranaje, todo el hospital, que sirve para ofrecer confianza, paz, esperanza, tranquilidad..., en el tiempo más difícil que puede pasar una persona como es la enfermedad o sus últimos días. Si pudiera pedir un deseo quisiera que desaparecieran del mundo las injusticias”

“Dar respuesta a las necesidades de los pacientes es mi motivación diaria. Si pudiera pedir un deseo sería seguir disfrutando de lo que más nos gusta con las personas que más amamos.”

“¡Creo que nuestra profesión es un superpoder! Uno de los momentos más felices que he vivido fue superar una enfermedad grave. Por eso, poder cuidar al otro es lo que me motiva a trabajar todos los días. La persona que más me ha marcado en la vida y al que más admiro es mi madre. Mi lugar preferido en la tierra es donde esté la gente que quiero, y si suena música gospel, ¡aún más!”

“Cada día me quito con la convicción que mi trabajo puede marcar la diferencia. La oportunidad de influir en el bienestar del paciente a través de nuestro equipo me motiva y me hace ver que no se trata de buscar solo un éxito personal, sino de encontrar el sentido de realización y dejar huella duradera.”

“Acompañando en el sufrimiento del otro es donde encuentro el sentido de mi trabajo. Soy consciente de la falta que hace, al igual que yo lo necesité. Somos seres relacionales y compartir la carga del sufrimiento es, en ocasiones, suficiente. La persona que más me marcó en la vida fue mi marido, por el amor, la paz y la fe que contagiaba.”